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‘No podemos aumentarles los ingresos sin perjudicarlos’: CEO de Rappi

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Según el emprendedor Simón Borrero, venezolanos no son más del 20 por ciento de los domiciliarios.

La aplicación colombiana de domicilios Rappi enfrenta críticas y quejas por parte de algunos domiciliarios. En países como Argentina, también han ocurrido manifestaciones. 

Ha pasado poco más de un mes desde que Rappi ocupó titulares al convertirse en el primer ‘unicornio’ de Colombia, es decir, la primera start-up nacional valorada en más de US$ 1.000 millones en rondas de inversión.

Pero la empresa creada en 2015 y que tiene presencia en más de 30 ciudades de Colombia, México, Brasil, Argentina, Chile, Perú y Uruguay no terminaba de celebrar lo que, sin duda, es un hito en la historia del país cuando tuvo que hacer frente a una andanada de cuestionamientos y críticas de quienes creen que su modelo ha explotado a muchos de quienes viven de ella.

Semanas atrás, algunos ‘rappitenderos’, como se llama a los domiciliarios de la app, protestaron frente a las oficinas de la compañía en el norte de Bogotá para reclamar mejores condiciones laborales. La etiqueta #RappiEsclaviza fue tendencia en redes sociales. La semana pasada, la ministra de Trabajo, Alicia Arango, señaló que estos no tienen seguridad social y dijo que su cartera revisaría el tema.

EL TIEMPO conversó en Cartagena, al cierre del Venture Summit, con Simón Borrero, CEO de la empresa y uno de sus tres jóvenes fundadores. Para el emprendedor, las críticas son producto de “mala información” e “ignorancia”, y asegura que la forma en la que podrían mejorar los ingresos de los ‘rappitenderos’ es mediante la productividad.

¿Cuál es la respuesta de Rappi ante las quejas de los ‘rappitenderos’?

Lo que está pasando es que hay mucha mala información y un poco de ignorancia en el tema. La gente cree que los ‘rappitenderos’ son empleados y que hay un vínculo laboral. Cuando dicen que Rappi no paga prestaciones a sus empleados, es una total mentira. Tenemos más de 700 en Colombia, y a todos les respondemos. Me explico: Rappi es una plataforma que conecta usuarios que tienen un pedido con ‘rappitenderos’ que tienen el tiempo para realizar diligencias.

Por ejemplo, las páginas amarillas. Si alguien necesitaba de un plomero y lo buscaba allí, nadie salía a decir que las páginas amarillas tenían que pagarles prestaciones a los plomeros. O con los radioteléfonos de los taxis, funcionan con una llamada y un sistema que conecta el usuario con el conductor más cercano. Nadie pide que se les paguen prestaciones a los taxistas. ¿Por qué? Porque no están subordinados. Se trata de emprendedores que trabajan las horas que quieren y se conectan cuando quieren. Eso es Rappi. Los ‘rappitenderos’ son absolutamente libres de conectarse y desconectarse en cualquier momento.

¿Qué piensa de las declaraciones de la ministra Arango? Usted dice que no hay relación laboral, y ella, que van a revisar el tema…

Hay que creerle a la ministra. Ella y su ministerio nos citaron a una reunión en la que nos pidieron que les explicáramos el modelo. De pronto era culpa nuestra no salir a comunicar ‘este es el modelo’ antes de que lo critiquen. Ya está claro que no hay vínculo laboral, pero también es claro que es importante que los ‘rappitenderos’ puedan obtener mejores ingresos y garantías. Nosotros, como plataforma, no podemos aumentarles los ingresos sin perjudicarlos.

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Eso qué significa…

Los ‘rappitenderos’ perciben el 100 por ciento de los domicilios y las propinas. Es muy fácil salir a decir ‘hay que pagarles más a los ‘rappitenderos’ ’, pero si ponemos el pedido a 10.000 pesos, los usuarios van a dejar de pedir y, en consecuencia, los ‘rappitenderos’ no van a tener ingresos suficientes. Es economía de mercado básica.

Nosotros, como plataforma, no podemos aumentarles los ingresos sin perjudicarlos

Entonces, ¿qué están haciendo?

Tenemos más de 160 ingenieros de sistemas trabajando en hacer que la plataforma sea más inteligente para tener mejores sistemas de rutas, GPS y que así haya más pedidos por hora. La forma de que los ‘rappitenderos’ ganen más dinero es por medio de la productividad.

Es importante también ver quiénes son los ‘rappitenderos’. Son estudiantes que buscan ingresos extra o guardias de seguridad con empleo formal que luego deciden por vacaciones u otros motivos trabajar dos o tres horas. Eso significa que durante esas horas que trabajan haciendo pedidos a los usuarios no reciben seguridad social de eso.

¿Cuántos venezolanos trabajan en Rappi?

Muchos… no tenemos el número exacto.

Los que hemos usado la plataforma percibimos que son la mayoría…

No, no son la mayoría. No son más del 20 por ciento.

¿Seguro que no son más del 20 por ciento?

Seguro. Es que es muy fácil criticar, muy difícil construir. ¿Por qué no más bien pensamos en qué oportunidades les están dando Bogotá y las otras ciudades a los venezolanos? Eso es algo muy positivo que estamos haciendo, dar oportunidades a nuestros vecinos que vienen a trabajar por el bienestar de los usuarios. Deberíamos estar contentos de que haya muchos venezolanos en Rappi.

Un domiciliario nos contaba que no puede viajar a Venezuela a ver a su familia porque si se desconecta 5 días lo desactivan de manera indefinida. Además, dijo que debía informarle a Rappi hasta su fecha de regreso para poder irse… ¿Eso es informal?

Eso es una absoluta mentira. Los ‘rappitenderos’ son usuarios. Si alguien pide una hamburguesa en Rappi y deja de hacerlo por siete días, cuando se vuelva a conectar no nos va a encontrar bravos, al contrario, somos felices de que vuelva. Cuando un ‘rappitendero’ se desconecta siete días o 20 o los que quiera, después se puede volver a conectar sin ningún reproche. Es mentira lo que dicen. De esto se trata la flexibilidad de Rappi, siempre ha sido así.

Pero hay otros testimonios de personas que no se conocen entre sí y hablan de que los desactivan…

Obvio, los desactivamos.

¿Después de cuánto tiempo?

No. No tiene nada que ver con desconectarse.

Entonces, ¿por qué los desactivan?

Porque debemos ser garantes del servicio de Rappi. Para eso tenemos las calificaciones y así funcionan los términos y condiciones. Si hay una persona que toma un pedido y debía llevar una hamburguesa y se la comió, el usuario lo puede marcar con un 1. Igual que en otras plataformas digitales de calificación, si esta no pasa el mínimo que requerimos en la plataforma, se los desconecta.

¿Qué dice sobre las personas que indicaban que los iban a bloquear por hablar con los medios?

Cero.

Otros dicen que Rappi graba las llamadas entre usuarios y domiciliarios…

Cero. Esa comunicación la hace una empresa de EE. UU., llamada Twilio. Se trata de una empresa con mucha seguridad que no permite eso. Es como decir que guardamos las conversaciones de WhatsApp. Pues no, estas personas mienten.

El día de la manifestación había 12.000 ‘rappitenderos’ conectados, trabajando y haciendo dinero. Unos 80 ‘rappitenderos’ estaban protestando. Antes de los cambios en las tarifas, que pasaron de 3.500 por domicilio a depender de la distancia, algunos aprovechaban el sistema para tomar los servicios más cortos. La mayoría de los ‘rappitenderos’ se quejó. Hicimos un cambio que perjudicó a un grupo pequeño, pero escuchó a la mayoría. Este es un modelo mucho más justo.

Usted decía que es muy bueno que aplicaciones como Rappi les estén dando oportunidades de trabajo a los venezolanos que llegan a Colombia. ¿Han pensado en desarrollar algo especial para esa población?

Nosotros les permitimos que se conecten y que luego sean contratados por los usuarios. El próximo mes tenemos planeado algo muy bueno, que les va a permitir a otras 5.000 personas en Bogotá conectarse a Rappi y hacer actividades diferentes.

Algunos creen que las quejas llegaron después de volverse ‘unicornio’. ¿Hay un ambiente destructivo?

No. Cuando uno crece, uno tiene la responsabilidad de construir país y de impactar positivamente. Queremos mostrar que podemos hacer cosas enormes y muy buenas. Nuestro modelo es bueno para todos: restaurantes, supermercados, ‘rappitenderos’ y usuarios. Están bien las críticas, pero a nadie le gustan las críticas con ignorancia. Hay que tener clara toda la información para sentarse hablar como hicimos con el ministerio. Estamos interesados en que los ‘rappitenderos’ y los usuarios tengan una mejor vida. No creo que sea un ataque malintencionado, pero sin la información salen críticas poco acertadas.

LINDA PATIÑO
En Twitter: @LinndaPC
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